En las primeras etapas de la vida, es habitual que los más pequeños rechacen algún alimento basándose en la apariencia, en la textura, etc, aunque no los hayan probado nunca. Esto corresponde a una reacción normal en su desarrollo, y la debemos aceptar como una etapa más en su proceso de aprendizaje. Para que esta actitud no se prolongue en el tiempo, podemos aplicar las siguientes estrategias:

1. Consejos en el momento de planificar el menú familiar y comprar alimentos

2. Consejos en el momento de planificar y preparar la comida en casa

3. Consejos en el momento de sentarse a la mesa